jueves, 30 de abril de 2009

CON LAS GARRAS BIEN AFILADAS


Si bien las películas de superhéroes se han convertido en un género en si mismo, X-men orígenes: Wolverine, se destaca que es la primera que recae en un personaje individual dentro de la gran franquicia de los X-men, que cuanta con tres películas que recaudaron mas de mil millones de dólares en menos de diez años.

Cuando X-men: The last stand (X-men 3: La batalla final como se la conoció aquí) pasó por los cines en 2006 el público se quedó con ganas de más, sobre todo por ver más aún de Hugh Jackman.

Así que el mismo actor -que ahora brilla como una de las mas grandes estrellas de Hollywood- se encargo en parte de la producción junto a Laura Shulder Donner, la productora de las entregas originales.

Para llevar adelante el proyecto que contaría los comienzos de héroe se contrató al director Gavin hood, quien ensambló su equipo bajo la premisa de hacer algo “visualmente espectacular y al mismo tiempo dinámico y cargado de complejidad en los personajes”.

Para darle vida al guión se recurrieron varias de las explicaciones que se dieron en los comics en los últimos 35 años para amalgamar así una historia que pueda ser disfrutada tanto por los fanáticos como por los espectadores ocasionales que sólo conocen al personaje por las películas de los X-men.

“Queríamos superar las expectativas en todo aspecto”, resalta Jackman, y si bien el film no pasará al panteón de las más grandes adaptaciones del comic, tales como Superman, The Movie (1978) o The Dark Knight (2008), tampoco tiene lo absurdo e irreverente de Fantastic Four (2004).

La historia del film comienza con Logan (Wolverine) en busca de consuelo, de un pasado lleno de oscuridad el cual podemos ver por medio de flasbacks que se remiten hasta más de 150 años atrás, trabajando como leñador en las remotas montañas rocosas de Canadá. Logan, quien encuentra el amor y la felicidad por primera vez en su muy prolongada vida, lleva una existencia aparentemente idílica con la profesora de escuela Kayla Silverfox, interpretada por Lynn Collins, hasta que los fantasmas de su historia vuelven para que forme parte de un proyecto ultra secreto del gobierno llamado Arma X.

A partir de ahí se teje una trama de traiciones, revelaciones y acción al por mayor en donde el espectador comprende el por qué de la forma de ser del personaje y cómo es que éste no recuerda nada en el futuro.

Se lucen Liev Schreiber como Victor Creed, alias Sabretooth, y Danny Huston como el Coronel William Stryker.

El film es, sin duda alguna, entretenimiento puro pero no vacío. Los personajes tienen mucho que aportar y Jackman se encarga de poner a Wolverine en la misma línea de popularidad que gozan Batman, Superman y Spider-man, algo impensado hace unos años.

Si les gusta la acción y los superhéroes no hay que dudar antes de sacar la entrada para luego sentarse a disfrutar casi dos horas de adrenalina al filo de las garras muy bien portadas por el actor australiano.

Matías Lértora

Comentario de película en cartel


Entre los muros de un secundario francés, ubicado en un conflictivo barrio en las afueras de París, se desarrolla el filme de François Cantet que relata el año escolar de un curso de tercer año compuesto por rebeldes adolescentes, muchos de ellos inmigrantes. La historia, basada en una novela de François Bégaudeau y ganadora de una Palma de oro en Cannes, muestra, por un lado, la rígidez y la disciplina, propias del sistema educativo francés, que intentan aplicar los docentes pero que poco logran frente al desinterés de este grupo de alumnos, en su mayoría marginales sociales. Por otro lado, presenta a un Profesor Principal, como lo catalogan los colegios franceses, que se propone motivar a sus estudiantes a cualquier precio, pero que poco consigue.
La película mantiene un ritmo dinámico a pesar de carecer de suspenso o de multiples peripecias. Despierta, además, la reflexión sobre como la educación en los jóvenes es un pilar clave para integrarlos a la sociedad, sobre todo cuando se trata de individuos excluidos, en parte, del entramado social de un país. Pero también, "Entre los muros" descubre las deficiencias del Sistema para cubrir estas necesidades básicas, sobre todo en países donde la multicuturalidad resulta uno de los principales factores de marginalidad y conflictividad social.

Vera Mauer
Mirá el trailer: http://www.youtube.com/watch?v=LsmH01O8aaY








Parate de los Piojos por tiempo indeterminado

La banda del Palomar anunció ayer en su página, http://www.lospiojos.com.ar/, que su último concierto será el 14 de mayo, en Club Ciudad, y que luego dejarán de tocar.

El comunicado se titula “carta de los Piojos a los piojosos”, y asegura que, aunque los piojos no se separan, tampoco saben cuando volverán juntarse. El grupo liderado por Andrés Ciro, ya se había tomado un tiempo en el 2005.

Con este anuncio, blanquean los problemas internos que se producen desde hace más de un año y que comenzaron con el alejamiento del guitarrista Daniel “Piti” Fernández.

Gustavo Kupinski, el otro guitarrista, anunció este verano que también quería dejar la banda, y aunque Ciro y Micky intentaron evitarlo, no lo lograron.

Según el texto que el grupo difundió en su sitio web, el trajín de estar juntos durante veinte años, fue lo que los llevó a tomarse un descanso.

Los reyes vienen marchando

Una banda de hermanos del sur de Estados Unidos. No, no es el teen pop de los noventa de los Hanson, ni el “rock aprobado por Disney” de los Jonas Brothers. No. Kings of Leon es una banda de Tennessee, formada por tres hermanos (Caleb, Michael, Nathan) y su primo (Matthew) y se los conoce como los Strokes Sureños. Criados por un padre ministro pentecostal itinerante, viajaron por el sur de Estados Unidos durante su infancia y parte de su adolescencia. En 1999 lanzaron sus primeros temas, con un sonido cercano al blues y al rock de garage. Con el paso de los años su éxito fue creciendo, y hoy son considerados los niños mimados del rock estadunidense Su último disco, Only by the night se editó en septiembre de 2008 y debutó en el puesto número cinco de la lista billboard. Compuesto por once canciones el disco tuvo buenas críticas, especialmente por el tema Sex on fire (primer corte de difusión). Ahora el cuarteto es tapa de la más reciente edición de la revista norteamericana Rolling Stone, donde confiesan las salvajes peleas físicas que han tenido Caleb y Nathan alguna vez, y que el alcohol es y ha sido gran parte de sus vidas. Si es la violencia familiar o las borracheras continuas no se sabe, pero lo cierto que Kings of Leon viene marchando fuerte.




Web oficial

Catalina Smart

lunes, 27 de abril de 2009

Morir en vivo




Un estudio de televisión, una productora desquiciada por el éxito y seis participantes dispuestos a todo por dinero, incluso a asesinarse delante de las cámaras, le dan vida a Live!, traducida en nuestro país como La muerte en vivo.


Dirigido y escrito por Bill Guttentag (ganador de dos Premios Oscar), el filme está rodado con el formato de falso documental. Rex filma detalladamente los obtáculos que debe sortear Katy (Eva Mendes), una ejecutiva de televisión encaprichada con llevar a la pantalla chica un reality nunca antes visto, protagonizado por personas comunes y corrientes que juegarán a la ruleta rusa en vivo, sabiendo que una morirá de un disparo frente a la audiencia mientras las otras cinco se llevarán 5 millones de dólares como premio.


Entre cientos de postulantes son elegidos: un joven escritor (Rob Brown), una estrella de los deportes extremos (Eric Lively), una padre de familia (Jeffrey Dean Morgan), una actriz bohemia (Katie Cassidy), una modelo (Monet Mazur) y un inmigrante (Jay Hernadez). Todos tienen un motivo que consideran validero para jalar el gatillo y debatirse así entre la vida y la muerte.


Capaz de generar en el espectador una mezcla rara de intriga e indignación, La muerte en vivo es un claro reflejo de hasta qué punto puede llegar la ambición, la desesperación por tener un minuto de fama y, algo que también es común en la televisión argentina, la incesante competencia por el rating. Ni más ni menos que una invitación a la frivolidad desmedida del mundo televisivo.