miércoles, 22 de abril de 2009

LOS SIMPSONS


20 años no es nada

El próximo 17 de diciembre se cumplen dos décadas desde la primer emisión de un capítulo de Los Simpsons. Muchos no conocen la televisión sin la familia amarilla y no es para menos, no sólo por la longevidad de la serie sino también por su fama y como se ha instaurado en la sociedad.

En mayo termina la vigésima temporada del show que supo ganar 24 premios Emmy, 26 Annies y un Peabody, y que se transformó en la sitcom con mayor duración de la historia y la serie animada más larga.

Sin olvidar los 526 millones de dólares que recaudó la adaptación fílmica en 2007, el impacto cultural que cosecha año a año es un fenómeno digno de observar y no pasar por alto más allá de que sea moneda corriente y que se critique los guiones de las últimas temporadas.

A continuación un repaso de los orígenes de esta familia que a raíz de su imperfección capturó el interés de los argentinos y del mundo.

Una familia disfuncional

Corría 1986, y el productor de Graicie Films, James L. Brooks, buscaba ideas para una serie de cortos animados. Y aquí fue donde apareció Matt Groening, quien ya había cosechado público con sus comics de humor ácido sobre la sociedad, en la saga conocida como Life is hell (La vida es el infierno).

Mientras Groening esperaba en el lobby de la oficina en donde estaba pautada la reunión, llegó a la conclusión de que si Life is hell -que era la idea que iba a presentar- se convertía en una serie de animación, perdería en gran parte el control creativo de la misma y con ello la genialidad de la serie a la cual le tenía un gran apego sentimental porque lo había ayudado a “sobrevivir” en la soledad que sentía lejos de su casa y amigos, siendo una manera de sacar a flote sus sentimientos y críticas hacia la sociedad, sobre todo en lo que es el amor y el trabajo.

Entonces, en la espera, improvi la idea de una familia tipo norteamericana pero sin teñirla de los arquetipos de camuflaje que desde hacía décadas se utilizaban en los medios. Su idea era la simple verdad: una típica familia disfuncional.

Tomando los nombres de su propia familia: su padre Homer (Homero en este lado del mapa), su madre Margaret (Marge le sonaba mas cómico), su hermanas Lisa y Maggie, y en lugar de nombrar al niño como a él, decidió llamarlo Bart, más que nada por el sonido que se produce cuando Homero grita el nombre.

A Brooks le gustó mucho la idea y le encomendó al creador la tarea de diseñar y guionar los cortos que irían como separadores en el programa The Tracey Ullman Show, y así fue como Groening realizó bocetos de los personajes (que distan un poco de las versiones que hoy conocemos). Lo que sucedió fue que el autor creyó que los animadores se basarían en sus diseños y luego los mejorarían, pero lo único que hicieron fue copiarlos tal cual estaban.

Desde 1987 hasta 1989, se emitieron cuarenta y ocho cortos. Estos causaron un gran furor y eran tema obligado de charla, sobre todo Bart, el gran protagonista de la primera época, quien rompió con todos los esquemas. Es más, hasta se coló en un discurso de George Bush (padre), quien se refirió a la decadencia de los modelos a seguir por los niños. “Vamos a alentar a los americanos para que sean mas como los Waltons y menos como los Simpsons”, declaró el ex presidente.

Hacia finales de 1989, FOX le propuso a Groening hacer un especial de media hora, el mismo tenía que rondar en cuanto a la navidad porque se emitiría por esa fecha. El autor terminó cerrando un trato que constaba de la producción de trece episodios. Sin saberlo, en ese momento la manera de hacer humor en televisión cambió para siempre.

Con los diseños que hoy en día todos conocemos y con un esquema que iba a dar mucho que hablar alrededor del mundo, el 17 de diciembre de 1989 se emitió el primer episodio “formal” de Los Simpsons y la TV no volvió a ser la misma.

La vida pintada de amarillo (solo para entendidos y curiosos)

Recorrer la inmensidad de historias por las cuales esta familia tuvo que atravesar a lo largo de sus temporadas, sería algo de nunca acabar, así que solamente nombraremos algunos casos y destacaremos a los personajes más ilustres.

Pero primero, hay que hacer la salvedad de hacía quién está ambientada la serie, y la respuesta es otra genialidad de la misma, dado a que se pueden hacer varias lecturas. Es decir, a través de la variada gama de personajes, el público (sin importar la edad) puede encontrar chistes y mensajes a su propio gusto.

Críticas al imperialismo norteamericano, burlas hacia la corrupción policial y gubernamental, discriminación de toda índole, mofadas hacia la iglesia, y, por sobre todo, los problemas y miserias de una familia tipo, son los grandes atractivos en donde el televidente ve su propio reflejo exacerbado.

Desde la primer temporada, el show se cargó al hombro el ataque hacia las instituciones y el ridículo del cual no se puede volver. El primer gran protagonista por excelencia fue Bart, quien con su actitud rebelde y transgresora capturó a la masa popular. Sus aventuras tales como casi repetir el cuarto grado, salvar a Krusty de Bob Patiño y donarle su sangre al Señor Burns, lo convirtieron en aquél momento el personaje favorito. Luego, supo conquistar a la hija del Reverendo Alegría, afianzar una amistad temporal con el Director Skiner, crear su propio comic, marcar tendencias, popularizar frases, ser estrella de un grupo pop junto con sus amigos y recorrer el país con una licencia de conducir falsa.

Pero desde la tercer temporada, el personaje que comenzó a acaparar toda la atención fue Homero. Comenzando cuando estuvo encerrado en un manicomio junto con “Michael Jackson”, luego cuando fue el manager de una cantante de música country, o integrante del cuarteto ganador del Gramy, Los Borbotones. Este individuo hizo que el mundo entero se descostillara de risa.

Pero la paradoja fue que lo logró no por sus proezas o hazañas, sino por su inutilidad, despojo, suciedad, ebriedad, vagancia y gula. Homero es lo peor que tienen todas las personas pero concentradas en una sola, su clásico dicho D'ho! ya se encuentra en los diccionarios.

Incluso con su adicción a mirar TV y favoritismo por la comida chatarra, cosa que lo llevó a un peso de 130 kilos, logró varias cosas en su vida (la mayoría a costa del buen trabajo y voluntad de los demás), tales como ser encargado de seguridad de la Planta de Energía Nuclear, ser el primer y único conductor del monorriel de Springfield, astronauta de la NASA, mascota de su equipo de baseball, doble de Krusty el payaso, asistente personal del Señor Burns, contrabandista de licor conocido como “El varón de la cerveza”, chismoso de internet e infinidad de otros emprendimientos que generaron amor y odio por parte de sus vecinos y amigos.

Siempre a su lado, se encuentra Marge, que con su sonrisa y hacendosa manera de ser, tapa siempre las desgracias de su familia haciendo de cuenta que todo está más que bien.

Marge también se ha visto como protagonista de diversos hechos que dieron que hablar a la ciudad en la que vive. Fue policía, actriz, adicta al juego cuando Springfield inauguró su propio casino, tuvo un micro emprendimiento de pretzels que marchó bastante bien por ayuda de la mafia, y deslumbró a todos cuando por error le aumentaron el tamaño de sus pechos. Pero, si hay algo que define bien a Marge, es su compromiso social y la protesta. Siempre acompañado por su clásico “mmmmm” cuando algo no le gusta, emprende una nueva cruzada. Como cuando quiso cerrar la “casa de burlesque”, o impedir la ingesta de azúcar en la ciudad. Por lo general, estas luchas no terminan bien.

Lisa, la niña genio de la familia, tiene que soportar diariamente vivir con gente que no la comprende. Así, tocando el saxofón y convirtiéndose en vegetariana (con la ayuda de Paul McCartney) plasmó un poco su manera de interesarse por el medio y la naturaleza que la rodeó. Ferviente luchadora por la ecología y los derechos de los animales, no tarda cuando hay que anotarse en limpiar pingüinos de petróleo, aunque estos estén reservados para las estrellas de Hollywood y a ella le toque limpiar rocas. También se ha llevado grandes decepciones, como cuando su planta recicladora, en sociedad con el Señor Burns, se convirtió en un centro de proceso para peces.

Esta niña, que supo ganarse los corazones de Nelson Montz y Millhouse, es la conciencia activa de la familia, sin ella estarían perdidos.

El último integrante de la familia es Maggie, la bebe de un año que aún no sabe hablar, solo dijo “papá” en una ocasión (con voz de Elizabeth Taylor). Este peculiar personaje sirve muchas veces como disparador de las historias que tienen que atravesar toda la familia y/o el resto de la ciudad, por lo general marca lo mal padre que puede ser Homero cuando este no recuerda su nombre o lo obsesiva que puede llegar a ser Marge. Y a pesar de ser un bebe, Maggie, se ha visto en numerosos actos que la consagran como toda una Simpson, como cuando emprendió la búsqueda de Marge cuando se fue a un spa, o su momento de más fama: ella fue la que le disparó al Señor Burns.

Pero los Simpsons no están solos, la familia más famosa del mundo es acompañada, de toda una ciudad muy rica en personajes. Entre los más ilustres podemos destacar a: el Señor Burns y su fiel ayudante Smithers, Moe, Otto, Jimbo, Martin, Millhouse, Rafa, la señorita Krabappel, Apu, Nelson, Barney, el Dr. Hibbert, el tipo de las historietas, y por supuesto, Ned Flanders.

Futuro asegurado

Con 400 mil dólares para cada uno de los actores que ponen su voz (en la versión original), ratings sostenidos y público con ganas de más, ya se confirmaron dos temporadas adicionales a las ya emitidas. Lo que garantiza al menos 42 episodios más en donde el humor y la irreverencia de la familia más famosa del mundo brillará ante millones de televidentes en los livings de sus casas.

Así, a pesar de las críticas sobre el bajón de la calidad en sus guiones y que su humor es cada vez más absurdo, Los Simpsons se ha convertido en una parte indiscutible de la televisión mundial y, aunque nos pese por ser un producto importado, una costumbre argentina también.

Por todo ello, como diría el buen Ned: “Perfectirigillo”.

Matías Lértora

NOTA: parte de este artículo fue publicado en la revista +iNfO Extra Nº 1 (mayo de 2007). www.domuseditora.com.ar


1 comentario:

Jazmín dijo...

perfectirijilla mati!